martes, 4 de julio de 2017

El director de fotografía y restaurador Juan Mariné inicia el curso “La evolución de la imagen cinematográfica: del fotograma al cine en 360 grados” de Els juliols de la Universitat de Barcelona



El director de fotografía y restaurador Juan Mariné, maestro donde los haya e historia viva del cine español, inició el 3 de julio de 2017, el curso “La evolución de la imagen cinematográfica: del fotograma al cine en 360 grados”, en el marco de Els juliols de la UB, con la ponencia “Ayer y hoy en el cine”, una clase magistral de historia del cine desde la década de los años 30 hasta la actualidad. Xavier Lacasta, responsable de Relaciones Externas de la UB, dio la bienvenida a los alumnos asistentes al curso.  
A lo largo de cuatro horas Juan Mariné se explayó explicando vivencias personales y apuntes de su larga trayectoria profesional que inició, con 14 años, convirtiéndose después en uno de los directores de fotografía y restauradores más importantes, innovadores y longevos de la historia del cine de España. Para ello fue proyectando de forma alternada fragmentos del documental “Juan Mariné, la aventura de hacer cine” dirigida por Primitivo Pérez. Mariné se auto define como “un señor muy aficionado al cine, que ama el cine, que vive para el cine y que se dedica al cine” y además “siempre procurando que esté en las mejores condiciones y haciendo por el cine todo lo que sé y todo lo que puedo aprender en el futuro porque sigo estudiando, claro”.

Contó con entusiasmo su participación en las primeras películas habladas como “El octavo mandamiento” o en estudios ya desaparecidos como los de Lepanto. Numerosas anécdotas como en la película “Paquete, el fotógrafo público número uno” (1938), dirigida por F. Iquino, en la que participaban unos jóvenes Paco Martínez Soria y Mary Santpere, en los que Mariné apostó por su futuro como actores a diferencia de algún director de la época. Recordó su inevitable participación en la guerra civil española. Fue fotógrafo del general Lister en la cuarta región militar. De nuevo en el cine, hizo también trucajes en películas como “Deliciosamente tontos” (1943), dirigido por Juan de Orduña, en la que hacía encajar maquetas. Fue su inicio en hacer trucajes, efectos especiales, que aplicó en otras películas como “Eloisa está debajo de un almendro” (1943), dirigida por Rafael Gil. Películas de José Antonio del Amo como “El ruiseñor de las cumbres” (1958) o “Escucha mi canción” (1959), interpretadas por Joselito fueron las primeras en color. Su recorrido histórico no pasó por alto películas que utilizaron objetivos de Cinemascope como “La gata” (1956), dirigida por Margarita Alexandre y Rafael Torrecilla. Sobre ésta técnica explicó Mariné, que en una posición del objetivo se rodaba y en otra se proyectaba. Mencionó la llegada de las cámaras Arriflex después de la Segunda Guerra Mundial. Estas cámaras, manifestó, se concibieron en Alemania para rodar escenas de guerra para los noticiarios, luego se hicieron más estables y se empezaron a rodar películas. Mariné ha utilizado esta marca a lo largo de su filmografía como, por ejemplo, en la película “001 Operación Caribe” (1965), dirigida por Richard Jackson. A Mariné siempre le ha gustado experimentar e innovar, así lo ha hecho en numerosas películas, algunas de ellas son “091, policía al habla” (1960), dirigida por José María Forqué, donde en lugar de utilizar película de 200 asas para las escenas de noche utilizó de 800, es decir multiplicó por cuatro la sensibilidad del material para ahorrar presupuesto. “La muerte silba un blues” (1962), dirigida por Jesús Franco, utilizó un gran angular espectacular creado por el mismo. Para ello desmontó el objetivo y la lente negativa la aproximó al resto de los componentes del objetivo y convirtió aquel objetivo en un gran angular de una distancia focal que no existía comercialmente. Mariné también destacó la importancia de los focos y concretamente del arco de 175 amperios o 180 que fabricó la casa Moller Richardson. Estos arcos, contó, facilitaban poder rodar en color con tranquilidad ya que tenían la temperatura de la luz de día y se podía mezclar perfectamente. Le llamaban el rey de las caras de las mujeres por saber darles una excelente iluminación. Mariné llegó a hacer hasta siete películas en un año. Volviendo al tema del trucaje y de los efectos especiales explicó algunos trabajos que hizo, como la película “Supersonic Man” en la que hacía volar al protagonista, y asegura el propio Mariné se doctoraron en trucajes. En “La noche más hermosa” (1984), dirigida por Manuel Gutiérrez Aragón, Mariné hizo los efectos especiales del cielo, tarea nada fácil. Diseñó una copiadora óptica para la Filmoteca de España logrando un sistema de alta definición, en esa época estaba de director Juan Antonio Millán. 

Cuando se estropeó el negativo de “La aldea maldita” (1930), dirigida por Florián Rey, le pidió que lo arreglase. Mariné hizo una prueba y le confiaron el trabajo. Mariné, según palabras del director de fotografía Carlos Suárez, ha demostrado ser, por un lado, un gran creador de imágenes, como gran director de fotografía, y, por otro, un gran investigador. Estas dos características no se dan a la vez y esta es una de las grandes cualidades de Juan Mariné.  Algunas de los trabajos restaurados por Mariné fueron “Vistas gijonesas, siglo XIX”, rodada por Arturo Truán (Filmoteca de Asturias), “Revista camarillo” (1927-1935), del centro de la Fotografía y de la Imagen Histórica de Guadalajara; “Currito de la cruz” (1925), dirigida por Alejandro Pérez y Fernando Delgado, de la que restauró 300 mil fotogramas, con motivo de la exposición de Sevilla en 1992. Todos los fotogramas pasaron por la máquina de lavar inventada por Mariné.
También habló de los soportes cinematográficos, de las diferentes bases de las que consta: Acetato, Diacetato, Triacetato y Polièster. remarcando que todos los soportes utilizados hasta el momento para uso de negativo de cámara están hechos a partir de la celulosa, que se extrae de los desechos del algodón y la pulpa de la madera. Profundizó en la parte química que caracterizaba a la película analógica.

Juan sigue trabajando en proyectos de restauración y recuperación de negativos en los sótanos de la ECAM y no ha querido darle la espalda al mundo digital, todo lo contrario. El actor José Sacristán afirma con respecto a la figura de Juan Mariné “Es imposible escribir la historia del cine español sin que ocupe Juan uno de los primerísimos lugares, por encima de todo, porque su capacidad y talento ahí están demostrados”.

El curso “La evolución de la imagen cinematográfica: del fotograma al cine en 360 grados” está patrocinado por la Fundación Aula de Cine Colección Josep M. Queraltó.








No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.